domingo, 31 de diciembre de 2017

PIERRE HADOT : PLOTINO, O LA SIMPLICIDAD DE LA MIRADA






Escrito por Luis Roca Jusmet

 Pierre Hadot lee con interés a Plotino a los veintitrés años. La referencia le venía del filósofo neotomista Jacques Maritain, que le daba un valor inferior a la mística cristiana ( que Hadot conocía y admiraba, sobre todo por su lectura de San Juan de la Cruz). 
 Descubre que en Plotino hay dos vías que preparan para la vida mística: una vía cognitiva ( especialmente la teología negativa) y una vía práctica, que es la que conduce directamente a la experiencia. esta vía práctica son las purificaciones, la ascesis, los ejercicios espirituales, la práctica de las virtudes y el esfuerzo de vivir según el Espíritu. Plotino prepara para la vía mística. Pero Plotino era más un filósofo que un místico. Sus experiencia místicas eran raras y fundamentalmente se dedicaba a "estar presente para sí mismo y para los demás" ( como dice Porfirio en su "Vida de Plotino"). 
 Pierre Hadot publica el libro a los cuarenta y un años ( 1963 ). Posteriormente fue traducido en varias lenguas y reeditado en varias ocasiones, la última en 1997. 
 Hadot divide el libro en varios capítulos, que todos sumados forman un conjunto perfectamente coherente. El primero es "El retrato", que se inicia con una contundente afirmación : "No ceses de esculpir tu propia estatua". La biografía de Plotino la conocemos por el escrito de Porfirio, el año 301 a.C. Hay que ir a lo esencial y no a lo anecdótico.
 El segundo habla de "Los niveles del yo" y la cita es también sugerente : " Pero nosotros... quién ? nosotros ? ". Hay tres niveles, más uno, del yo. El primer nivel es el de la conciencia sensible, el yo corporal. El segundo es el de la conciencia racional, el de la reflexión, que se corresponde con el alma. El tercero es el de la conciencia espiritual, el del espíritu o Intelecto, que es donde conduce la filosofía. El más uno sería la superación del propio yo para llegar a la experiencia mísitica del Uno. 
 El tercero se llama "Presencia" y trata de la diferencia entre Plotino y los gnósticos. Para estos últimos el mundo material es totalmente degradado, mientras que Plotino ( aún aceptando que es una realidad inferior a las Formas) reivindica la dignidad del mundo sensible. Esta es su lectura, poco dualista, de Platón. Reivindica, por tanto, la presencia de las Formas en lo sensible, o, dicho de otra manera, de lo espiritual en lo material. 
 El cuarto capítulo trata del "Amor" , que es sobre el ascenso del amor de los cuerpos hasta el amor al Bien, pasando por el amor a la Belleza. El quinto trata de "La virtud", que consiste en una actitud espiritual extremadamente simple, que es una transformación de la mirada en la que contemplarnos la presencia de Dios en todas las cosas. Lo cual nos lleva espontáneamente a la 
práctica de virtudes tradicionales: sabiduría, coraje, autodominio y justícia.
 El sexto trata de "La dulzura" como disposición necesaria. 
 El último habla de la necesidad de la "Soledad". En las últimas páginas Hadot señala la distancia que los modernos tenemos de Plotino, a pesar de lo cual tiene un gran valor como llamada a la experiencia mística. Muchos lectores le han confirmado, comenta Hadot en posteriores ediciones, el beneficio espiritual que les ha proporcionado esta lectura. Pero hay que reconocer que Plotino ( a diferencia de Epicuro, Epcteto o Marco Aurelio) es muy difícil y solamente puede ser accesible con largos comentarios. 
 Insiste en una paradoja : Plotino dice que hay que rechazar todas las cosas, pero al mismo tiempo parece afirmar también que hay que acoger todas las cosas. 
 El itinerario espiritual que describe "Las enéadas" no puede seguirse literalmente hoy. Es tan imposible como ilusorio. Pero sí puede sugerirnos un camino que cada cual ha de descubrir.

sábado, 9 de diciembre de 2017

PIERRE HADOT : LA FELICIDAD SEGÚN LOS ANTIGUOS

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Escrito por Luis Roca Jusmet

  En un artículo publicado el año 1992 en La vie spirituelle Pierre Hadot analiza los modelos de felicidad en las escuela filosóficas de la Antigüedad, que como sabemos son para el filósofo francés modelos de formas de vida. Lo que hace también en este artículo es relacionarlos con el cristianismo posterior y preguntarte si son caminos egoistas. Platón, Aristóteles, Epicuro, Epicteto y Plotino serán las referencias de las que partirá. Diferenciará tres planteamientos 
 Por una parte considera que Platón y Aristóteles anticipan la vía mística de Plotino, que por otra parte dará lugar más tarde a la experiencia mística cristiana. En realidad, como señala en otros textos el mismo Hadot, la filosofía plantea un camino para una experiencia unitiva paralela a la experiencia mística. Llegamos al punto culminante con Plotino cuando describe el camino del espíritu hacia el Uno  divino.
 En el caso de Epicuro la felicidad consiste en el gozo de la vida simple, una vez reducidas las necesidades, eliminados los deseos y las creencias irracionales. 
 El estocismo no se preocupa por la felicidad sino por el bien moral, por la realización del deber. Será la base de las reglas monásticas y ascéticas del cristianismo.
 Mientras que los planteamientos de Platón, Aristóteles y Plotino son elitistas, dirigidos a una élite, los del epicureismo y el estoicismo están abiertos a cualquiera.
 El último tema que se plantea es si podemos considerar este camino como egoísta. Dice que en ninguno de los casos. Ni siquiera en el caso de Epicuro, que entiende esta felicidad en el marco de los amistad.


martes, 5 de diciembre de 2017

¿ ES EL PSICOANÁLISIS UN EJERCICIO ESPIRITUAL ?

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Escrito por Luis Roca Jusmet

 Aunque la temática de la psicoanálisis no entra en mi libro "Ejercicios espirituales para materialistas. El diálogo (im)posible entre Pierre Hadot y Michel Foucault" también tiene relación con él, sobre todo a partir de la pregunta que se hace Jean Allouch en su libro "¿ Es el psicoanálisis un ejercicio espiritual ? " que él mismo, psicoanalista lacaniano admirador de Foucault se plantea a partir del término introducido por Pierre Hadot.Para Jean Allouch, Freud y Lacan inventan una nueva forma de espiritualidad. Pero hasta Lacan el psicoanálisis no se había ocupado de la relación entre sujeto y verdad. En la sesión del 15 de febrero de 1967 ( seminario "la lógica del fantasma") Lacan dirá que "Debemos buscar nuestros modelos en los ejercicios del escepticismo, que implican una espiritualidad, una práxis y una ética. El escepticismo es, como sabemos, una de las escuelas antiguas de las que hablaban Hadot y Foucault ( aunque, curiosamente ninguno de los dos le prestase mucha atención).
 Freud quiso desmarcarse del espiritualismo, sobre todo para no se asociado con el espiritismo, que nació conjuntamente al psicoanálisis. Esto le hizo olvidarse de los muertos y de la relación que cada uno de nosotros mantiene con ellos. 
 Lacan se desmarca del carácter religioso que se le puede dar al psicoanálisis al afirmar que no hay ritos del inconsciente. El análisis es un ejercicio, no un rito. la diferencia entre un rito y un ejercicio es que el primero siempre funciona y el segundo solo a veces.Así como no hay rito no hay tampoco iniciación.
 Lacan había utilizado varias veces el término espiritual para referirse al psicoanálisis. Por ejemplo hablando de la descendencia espiritual de Freud o de que él mismo seguía la línea espiritual de Ferenzi. ¿ Y cómo no podía utilizar el término un lector apasionado de la Fenomenología del espíritu de Hegel ?
 Tanto Freud como Lacan habían utilizado la palabra vía
( término muy espiritual ) para referirse al psicoanálisis. Espiritualidad quiere decir, siguiendo ahora a Foucault, transformación subjetiva por la verdad. Pero esta verdad solo puede ser una verdad espiritual, no la verdad objetiva del saber científico. ¿ podríamos incluso sustituir el término enfermedad mental por enfermedad espiritual ? Lacan se refiere al caso Schreber como una catástrofe espiritual. Se refiere al Nombre-del-padre, es decir al pasaje de la madre al padre como una victoria del espíritu.
 Las escuelas filosóficas antiguas, no lo olvidemos, se presentaban como escuelas de sabiduría pero también como terapias del alma. Lacan habla en alguna ocasión del inconsciente como espiritual o de la experiencia analítica como de una experiencia espiritual. Resumamos las coincidencias :
1) No son iniciáticas. No hay rito, hay ejercicio.
2) Hay un acceso a la verdad distinto del de la episteme-ciencia.
3) Hay un guía espiritual del que finalmente hay que distanciarse.
4) Implica una ética y una terapéutica.
 Hay toda una referencia en Lacan a Pascal, Hegel, Kierkegaard, Heidegger.
 hay también una radical crítica a la separación del espíritu y del cuerpo, lo cual nos conduce a viejos conocidos de Lacan como Sade, Claudel y Bataille.
 Ni la espiritualidad ni el psicoanálisis están donde la mayoría cree, concluye Allouch.





viernes, 1 de diciembre de 2017

PRESENTACIÓN DEL LIBRO EN LA FACULTAT DE FILOSOFIA DE LA UB

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 El 14 de noviembre del 2017 presentación del libro en la Facultat de Filosofia de la Universitat de Barcelona. Magnífica presentación del profesor emérito Miguel Candel y conversación posterior , muy animada e interesante, del autor con el público.

EJERCICIOS ESPIRITUALES PARA MATERIALISTAS : BUDISMO ZEN, PSICOANÁLISIS Y FILOSOFÍA

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Luis Roca Jusmet

Ese materialismo no es el que niega el espíritu, sino el que plantea que el espíritu, que no se reduce a la materia, está siempre condicionado por ella.
                                                                                
Bernard Stiegler



 Este artículo pretender establecer un punto de relación entre tres tradiciones, que son heterogéneas pero que pueden llegar a un punto de encuentro. Pero lo primero que quiero hacer es desmarcarme de cualquier forma de sincretismo, lugar de confusión habitual en que nos ha colocado la subcultura New Age con respecto a estos temas[1].




 Para ser rigurosos empezaré precisando lo que significan para mí estas tres tradiciones y delimitando en qué me voy a centrar en cada una de ellas. Entiendo por budismo las prácticas que se originan a partir de la aparición de un personaje histórico que es Buda; pero me centraré específicamente en la Escuela Soto Zen y más específicamente en Taisen Deshimaru.. El psicoanálisis tiene también un origen, un padre fundador que es Freud y aunque después de su muerte las escuelas se multiplican considero a Jacques  Lacan cómo la figura más interesante para esta investigación. La filosofía es más difícil de delimitar pero la plantearé cómo  un invento griego continuada en Europa hasta la globalización actual. Los filósofos a los que me referiré serán Pierre Hadot y Michel Foucault.

  En este artículo intentaré trazar en primer lugar un panorama histórico sobre el intento de establecer un vínculo entre las tres disciplinas. Mi hipótesis es que este proyecto fracasa por un mal planteamiento, que es el intento de establecer un diálogo desde el discurso teórico, es decir, desde lo que dicen cada uno de ellos. La imposibilidad viene dada porque se quiere homogeneizar discursos heterogéneos. Mi propuesta es la de encontrar un espacio común planteado desde el punto de vista de la práctica, en concreto desde la ética. Entiendo por ética un arte de vida que propone un trabajo interno que nos permite transformarnos y transformar nuestra vida.
 Incluyo aquí un video en el que hablan Taisen Deshimaru, Jacques Lacan y Michel Foucualt. No me interesa lo que dicen sino lo que muestran a través de su cuerpo : la voz, el gesto, la mirada. El cuerpo somos nosotros, es a través de él que se manifiesta el espíritu. La ética es entonces esta transformación espiritual del cuerpo. Las prácticas son las del cuerpo, que no es una superficie corporal, que es una estructura dinámica, viva, que se expresa de manera singular en cada cual.

2.      Aproximaciones entre la filosofía, el budismo zen y el psicoanálisis

    Parto de la hipótesis de que la filosofía surge como una pérdida de saber que permite la búsqueda de la verdad a partir de esta carencia[2]. François Jullien también analizará como la filosofía es un camino, el de la pregunta por la verdad, el bien que el pensar griego escogerá mientras el pensar chino sigue otros derroteros[3].
  Roger Pol Droit (1989, 1997) ha realizado un interesante trabajo sobre el papel del budismo en el imaginario filosófico anterior. El precedente del interés de la filosofía europea por el budismo tiene un referente claro en Arthur Schopenhauer. Pero tampoco hay que olvidar la reflexión de Nietzsche en su obra El Anticristo sobre el budismo cómo una forma radical de nihilismo[4].
 Si buscamos un interés específico de la filosofía contemporánea por el budismo zen tenemos que referirnos a Martin Heidegger[5]. Es también un tema recurrente, sugerido pero poco desarrollado es el paralelismo entre Wittgenstein y el budismo zen[6].  Estos dos casos no agotan por supuesto la casuística del interés de los filósofos actuales por el budismo zen.[7]
 El camino inverso, que es el del interés de representantes del budismo zen por la filosofía nos llevan necesariamente a la Escuela de Kioto, formada alrededor de Nishida (1870-1945).. Shizuteru Ueda realizará un estudio muy interesante sobre el proceso paralelo de Nishida de aprendizaje práctico del zen y de inmersión en los textos fundamentales de la filosofía griega y europea. Lo que tiene de extraordinario, es que la práctica del zen excluye la especulación racional, con lo cual convierte en posible algo que de entrada se presenta como incompatible. Para Ueda el resultado es filosóficamente interesante, mientras que para Heidegger lo que hace Nishida en su libro fundamental, Indagación del bien, es caer en las redes del lenguaje filosófico occidental. Ueda buscará una vía de encuentro entre el budismo zen y la filosofía a partir del misticismo medieval del Maestro Eckhart, pero quizás es lo más antifilosófico de éste lo que permite una mayor convergencia. Otro intento posterior a Nishida será el de Toshihiko Izutsu (1914-1993) que elaborará una propuesta filosófica sistemática a partir del budismo zen. Pero el esfuerzo de Izutsu, que no carece de rigor, nos conduce a una empresa imposible, ya lo que hace es traducir el lenguaje no-filosófico del zen al lenguaje de la filosofía, es decir llevarlo a un terreno que no es el suyo. La elaboración de Izutsu aunque fallida no por ello deja de ser interesante:, ya que es capaz de recoger los temas que filosóficamente serían más interesantes: la identidad, el sentido, la articulación y el pensamiento.

MICHEL FOUCAULT : ARQUEOLOGÍA-GENEALOGÍA DEL PSICOANÁLISIS

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Escrito por Luis Roca Jusmet

 En los años 60 Foucault mantiene una posición ambigua sobre el psicoanálisis. Según parece ha asistido a algunos seminarios de Lacan y ha escrito un texto llamado Marx, Nietzsche, Freud en el que señala que los maestros de la sospecha han sido capaces de abrir un nuevo sentido de la hermenéutica, en la que los textos no tienen una interpretación última. Al mismo tiempo, en Las palabras y las cosas y la Arqueología del saber había saludado el psicoanálisis por su descubrimiento del inconsciente y con ello su descentramiento del sujeto. En este sentido estaba en la línea de su crítica a la filosofía del sujeto y al humanismo. Pero en Historia del a locura en la época clásicay en El nacimiento de la clínica incluye el psicoanálisis como una mirada médica que quiere entender lo universal a partir de lo singular, a partir de los signos que este manifiesta. O viceversa, claro, entender lo singular desde lo universal. Es decir al enfermo desde la enfermedad, de la cual solo sabe el médico. El paciente es despojado totalmente de su saber sobre la enfermedad. Y dentro de la psiquiatría sitúa al psicoanálisis como uno de los tratamientos morales de la locura que se instauran a partir del siglo XIX, una vez que el loco representa la sinrazón y su única verdad se manifiesta excepcionalmente en el arte trágico : Nietzsche, Holderlin, Van Gogh, Artaud, en forma sacrificial.
 En los años 70 su genealogía del poder orienta su visión del psicoanálisis en su sentido más crítico. En la primera mitad lo vinculará al poder disciplinario en el sentido deleuziano del antiedipo. El Edipo como discurso que vincula el placer al deseo sexual y éste a la ley. Discurso que sexualizará al sujeto y planteará que lo que le define es algo secreto, reprimido. De esta manera se somete jerárquicamente al poder del analista, cuya eficacia depende de la fe del analizado, con lo cual su eficacia es simbólica, como la del chamán. Posteriormente con su concepción de la biopolítica, a finales de los 70, elaborará su concepción del poder pastoral. Este poder es el del pastor sobre el rebaño, que los trata a todos en general y a cada uno en particular, se someten a su obediencia y a su penitencia a través de la confesión. El poder pastoral cristiano incorpora la verdad a su lógica de manera  doble :hay que aceptar la verdad dogmática y hay que decir la verdad. Es la confesión del pecado la que está en su base. Foucault apuntará a que el psicoanálisis está ligado a esta manera como el cristianismo incorpora el autoexamen y la confesión.

MICHEL FOUCAULT : EL NEOLIBERALISMO


Luis Roca Jusmet

  Michel Foucault desarrolla, en el Collège de France, un curso a finales de 1978 y principios de 1979 que titula "El nacimiento de la biopolítica". Foucault hace el resumen prescriptivo del curso, pero no se conoce su desarrollo completo hasta que la editorial francesa Seuil/Gallimard no publica la transcripción de la grabación del curso el año 2004, editada por Michel Serrellart y dirigida por François Ewald y Alessandro Fontana. La traducción española, muy correcta, es de Horacio Pons y la publica la editorial Akal el año 2009.
 Este curso viene a ser la continuación del anterior, que llamó "Seguridad, territorio, población". Como el mismo Foucault reconoce, en el curso sobre biopolítica casi solamente trata el neoliberalismo, tema que inicialmente había pensado como una introducción. Pero Foucault tiene una idea inicial y su propio proceso de investigación determina el resultado final de cada curso. La idea final es la de entrar a fondo en la biopolítica en curso siguiente, que llamó "El gobierno de los vivos". Pero tampoco será así ya que empieza a interesarse por el cristianismo antiguo y las filosofías helenístico-romanas que le llevarán a la problemática de la transformaci´pon del sujeto por la verdad.
 El "Nacimiento de la biopolítica" presenta, de todas formas, problemáticas políticas muy interesantes. Hay, de entrada, una definición de la biopolítica , entendida como la administración de la vida de una determinada población. Implica una racionalización de la práctica gubernamental con la finalidad del control de la vida de la población : salud, higiene, nacimiento, muerte, longevidad... El liberalismo es una gubernabilidad basada en la exigencia de la mínima actuación del poder del Estado a partir de la simplificación y del refinamiento de sus procedimientos. El mejor Estado será el que interviene menos para conseguir sus objetivos.  El liberalismo sustituye la verdad por la racionalidad como criterio de gubernabilidad.
  A partir del empirismo inglés ( Locke, Hume) aparecerá un sujeto nuevo, que es el sujeto de interés.). SUjeto directamente ligado, por supuesto, a la generalización de la economía de mercado. No hay soberano en la economía, esta es una cuestión importante. Y la base de la sociedad para el liberalismo es el Mercado. Hay un sujeto del interés ( que rige el mercado y que nunca renuncia a su interés personal ) y un sujeto del derecho ( que es la base del contrato social), que implica una renuncia al interés personal por el común. Hay una tensión entre estos dos sujetos que se resuelve planteando que tanto uno como otro acaban beneficiando al sujeto. Por una parte hay que defender en el mundo económico los propios intereses y por otra, en el mundo político, renunciar al interés propio en nombre de la soberanía de todos, que nos acaba beneficiando.
 El liberalismo parte, por tanto, del axioma de que a nivel económico hay que buscar el propio interés porque esto beneficia al conjunto.Y que a nivel político hay que buscar el interés común porque esto beneficia el propio interés. Políticamente hay que  ceder parte a la propia libertad para gobernar según el contrato social. Entonces se delega la soberanía en el Estado. El único Estado moderno es propiamente el Estado liberal.
 El fascismo y el estalinismo no son una amplificación del Estado sino un síntoma de su declive. El Estado es una estructura administrativa de tipo jerárquico. En el fascismo y el estalinismo hay una relación directa entre el Líder y las masas y el partido sustituye la estructura burocrática del Estado.

MICHEL FOUCAULT Y EL BUDISMO ZEN


 


  Escrito por Luis Roca Jusmet

 En la biografía que el historiador Paul Veyne hace de su amigo, el malogrado Michel Foucault, un capítulo se titula "Retrato de un samurai". Veyne no explica el porqué del título, hace una asociación libre. Este hombre solitario, calvo, con una presencia clara y sólida, que parece tener un perfecto autodominio, bien podría parecer un samurai.
 Samurai, artes marciales japonesas, budismo zen. un universo que parece atraer a Foucualt. Fréderic Gros, editor de los últimos seminarios de Foucualt, apunta en La hermenéutica del sujeto un dato interesante. Foucault tuvo durante sus últimos años como libro de cabecera el libro El zen en el arte del tiro del arco. Este texto es un clásico escrito por el alemán Eugen Herrigel. En él nos narra su experiencia trasnformadora del tiro al arco. únicamente cuando se desprende totalmente de sí mismo o del objetivo de acertar es capaz de entregarse totalmente al acto. Un duro aprendizaje de años con un maestro zen del tiro al arco le acabará enseñando la lección. Frederic Gros apunta que fue Daniel Defert, compañero de Foucault el que le proporcionó el dato. Es en la clase del seminario citado del 10 de febrero de 1982 ( primera hora) donde Foucault desarrolla el tema. Aquí nos habla del ejercicio espiritual como una práctica que no consiste en centrarse en las propias debilidades para descifrarlas sino en un olvidarse de uno mismo. Hay que poner toda la atención en el acto. hay que pensar en el gesto preciso, en lo que hacemos. Aquí cita explícitamente el tiro del arco de los japoneses como ejemplo, aunque esté hablando básicamente de las propuestas de Marco Aurelio.
 De hecho Foucault ya buscó años atrás, en su visita al Japón, lo que podía aprender de la práctica zen. En el seminario citado Foucault apunta tres prácticas diferentes del cuidado de sí o transformación interna. Por un lado la que apunta Platón, la que señala el helenismo y la que propone el cristianismo. Son tres tipos de ejercicios espirituales. Para Platón se trata de reconocer la ignorancia, mirar al interior y recordar para salvar el alma. Los cristianos siguen, en cierta manera, este planteamiento. La Verdad está en los Textos sagrados pero a partir de ellos uno debe mirar su interior, descifrarlo para reconocer los propios pecados y renunciar a uno mismo y así salvarse. En el caso del cuidado de sí en el helenismo es diferente.No se trata de descubrir sino de construir. Uno debe construir su yo, es decir su propia vida.
 Como nos cuenta Didier Eribon en la biografía más aceptada de Foucault, el filósofo francés hizo a finales de los setenta un viaje al Japón buscando experimentar los ejercicios espirituales de la práctica zen.

MICHEL FOUCAULT : UNA ÉTICA DEL PENSAMIENTO







Luis Roca Jusmet

Reseña de

La ética del pensamiento. Para una crítica de lo que somos
( Edición a cargo de Jorge Álvarez Yagüe)
Madrid : Biblioteca Nueva, 2016

 Considero a Michel Foucault uno de los filósofos más importantes del siglo XX. Por supuesto que esta afirmación puede problematizarse, empezando por el carácter poco convencional de la filosofía de Foucault y por la propia noción de "importante". Seguro que el mismo Foucault lo haría : ¿ para quién es importante? ¿ por qué constituimos a alguien como importante y en función de qué ?. En todo caso es uno de los filósofos más estimulantes que he leído y uno de los que más me han hecho pensar. Pensar quiere decir aquí, por supuesto, pensar de otra manera que como habitualmente lo hacemos.
 Dentro de la clasificación habitual de la obra de Foucault ( aunque, como sabemos, él mismo cuestionaba la noción de obra y de autor) lo que se considera su tercera etapa es, para mí, la más interesante. Estamos hablando sobre todo de lo que produce desde mediados de los setenta. Producción que no es básicamente escrita , ya que básicamente lo que publica son los tres volúmenes de su Historia de la sexualidad.  Está, por el contrario, centrada en los cursos que realiza en el Collège de France, que empiezan centrándose en las formas de poder no disciplinario y que se desplazarán hacia la temática del cuidado de sí. Que van desde su marco histórico de análisis habitual, que es el de la Modernidad ( sobre todo sus inicios) hasta la época helenístico romana y el cristianismo primitivo. Todo ello mientras su proyecto de análisis de la sexualidad se traslada a la reflexión sobre las tecnologías del yo.
 Pero si lo más importante fueron sus cursos, la dificultad que nos encontramos es que estos no se han ido escribiendo, sino que se van publicando tardíamente  a partir de grabaciones. Hay, por tanto, un trabajo abierto de comprensión de Foucault, que está en curso y que materiales como los publicados en este libro enriquecen notablemente. Hay que decir que esta edición es exquisita y hay que celebrarlo. Lo es la introducción, las notas y la parte que le corresponde a Jorge Álvarez Yagüez en la traducción ( la otra parte le corresponde a Horacio Pons, un clásico en la traducción de Foucault). Los textos y las entrevistas, mayoritariamente no traducidas anteriormente al español, están muy bien seleccionados. Destacaría del conjuunto algunos textos ( la mayoría de los cuales son transcripción de conferencias ) : "Sobre el comienzo de la hermenéutica de sí", "La parresia", "El sujeto y el poder" y "La vida, la experiencia y la ciencia". El primero de los tres me parece imprescindible, entre otras cosas porque el curso del que habla, "La hermenéutica del sujeto" me parece el curso de Foucault más extraordinario y sugerente de todos los que estuvo dictando de 1970 a 1984,  que ya es decir. Se trata de la transcripción de dos conferencias que aportan muchos materiales que nos permiten comprender mejor este curso, sobre todo la transformación que se da en los ejercicios espirituales ( por utilizar el término de su querido Pierre Hadot) de la antigüedad tardía al cristianismo. El artículo "La parresia" ( transcripción de una conferencia en Grenoble) es altamente interesante, ya que como sabemos es una práctica que plantea inicialmente ligada al cuidado de sí pero que pasará a ser el centro de los dos últimos cursos, en el que aparecerá en su dimensión política y como modo de vida filosófico respectivamente. El último escrito, "El sujeto y
el  poder" es más que fundamental, ya que Foucault hace un esfuerzo sintético para explicar sus conclusiones sobre la cuestión del poder en relación al hilo conductor del problema de la  subjetividad, que define como el central de sus trabajos. También vale la pena citar, aunque sea menor, el que titula “La vida : la experiencia y la ciencia”, sobre todo porque e sun elogio explícito a su maestro Georges Canguilhem. Mi amigo Francisco Vázquez García, gran experto en Foucualt y en Canguilhem, siempre me había dicho que éste había sido su influencia fundamental, aunque no lo dijera  muy explícitamente.. Esta es la oportunidad de leer este reconocido e inteligente homenaje.

MICHEL FOUCAULT : MORAL, POLÍTICA Y VERDAD

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Historia política de la verdad. Una genealogía de la moral. Breviarios de los cursos del Collège de France

Michel Foucault. Edición de Jorge Álvarez Yágüez

Madrid : Biblioteca Nueva, 2016

Michel Foucault es, sin duda, uno de los grandes filósofos de la segunda mitad del siglo XX. Y Jorge Álvarez Yágüez, editor del libro, es uno de los expertos españoles que mejor han trabajado “el último Foucault”, el que puede situarse ya en los cursos de los años 80 y en la publicación del segundo y tercer volumen de su Historia de la sexualidad. Escribió al respecto un interesante libro con este título, subtitulado “voluntad de verdad y subjetividad ( Biblioteca Nueva, 2013) en el que argumentaba la coherencia global de la trayectoria foucaultiana y cuestionaba radicalmente su supuesto giro hacia posturas individualistas esteticistas y un retorno a una filosofía del sujeto. Siguiendo las propias palabras de Foucault la relación entre sujeto y verdad era el hilo conductor de toda su obra. Aunque es cierto que hay en el último Foucault una apertura a un sujeto ético con más margen para construirse a sí mismo. Lo que no quiere decir que esto le aparte de la dimensión política de la ética, como Álvarez Yágüez pone de manifiesto en su brillante estudio sobre la noción griega de parrêsía.No hace mucho Jorge Álvarez Yágüez editó un libro con el sugerente título de La ética del pensamiento. Para una crítica de lo que somos (Biblioteca Nueva, 2015) en el que presentaba toda una serie de textos foucaultianos, no por menores menos sugerentes, escritos entre 1977 y 1984, justamente de esta última etapa que estamos hablando. La hipótesis de Jorge Álvarez Yágüez es que la expresión “ética del pensamiento” sintetiza su propuesta vital y filosófica, totalmente entrelazadas, que no hacen otra cosa que querer liberar el pensamiento de sus ataduras, para poder pensar de otra forma y ejercer una práctica la libertad sin someterse a las formas de dominio y de normalización que nos imponen. Ello en el marco de una ontología del presente ( en la línea apuntada por Kant) que no se olvida de la inspiración nietzscheana de hacer de la filosofía un diagnóstico del tiempo en el que vivimos.
El libro que nos ocupa es un perfecto complemento del anterior, ya que nos permite acceder a una edición completa y perfectamente hilvanada de los resúmenes que el propio Foucault escribió sobre los trece cursos que dio en el Collège de France hasta su muerte. Estos cursos se inician en el año 1970 y los cinco primeros se corresponden con lo que se ha llamado la genealogía del poder, por loq ue estamos hablando ahora no únicamente del “último Foucault”. La obra escrita de Foucault se podría agrupar en tres bloques. Por una parte los libros que Foucault escribió para publicar, que van sus libros ya clásicos sobre el saber, la clínica y la locura. Posteriormente, a partir del momento en que empieza a desarrollar sus cursos, escribe menos. Aunque "Vigilar y castigar" es, sin duda, un clásico imprescindible sobre el poder disciplinario ( y que se corresponde con sus primeros cursos ). Y por supuestos también los tres volúmenes de La historia de la sexualidad, son tremendamente sugerentes. Tenemos después un segundo bloque que incluyen entrevistas, artículos y transcripciones de conferencias. Finalmente tenemos los cursos del Collège de France. Para mí casi son la parte más interesante del trabajo intelectual de Foucault. Me gusta la sobriedad de estilo que ha ganado, ya que Foucault se vuelve más austero en su lenguaje y depura un cierto exceso retórico. Hemos tenido que esperar a que se editaran de manera rigurosa la transcripción de los cursos del Collège de France, que poco a poco se han ido traduciendo al español. Pero faltaba algo, que es lo que ahora Jorge Álvarez Yagüe nos permite disfrutar. Se trata de una edición bien estructurada de los extraordinarios resúmenes que el mismo Foucault hizo con claridad, precisión y una gran capacidad sintética. Pero el libro no es solamente esto. Es también una introducción a todos estos cursos, a cada uno y al conjunto, que Jorge Álvarez Yagüe elabora de una manera tan inteligente como rigurosa. Es, en definitiva,una invitación a seguir la coherencia y las aportaciones de una serie de cursos cuya temática va desde el análisis del saber en relación con el poder, hasta el desarrollo de las tecnologías del yo, pasando por los conceptos renovadores de biopolítica y poder pastoral. Desgraciadamente no hay resumen de los dos últimos cursos, “El gobierno de sí y de los otros” y “El coraje de la verdad. El gobierno de sí y de los otros”. Las notas críticas, los apuntes minuciosos del profesor Álvarez Yagüe, acompañan y facilitan la lectura de manera extraordinaria.
Recomiendo este libro sin reservas. Tanto a los que quieren conocer a Foucault, como a los que quieren conocer sus cursos como a los que como yo, modestamente, ya conocemos a Foucault. Me parece una edición exquisita y un trabajo imprescindible para completar el conocimiento de lo que son los trabajos de este pensador singular. Nos invita a la apasionante aventura de uno de los viajes intelectuales de Michel Foucault. Con parada y fonda, para quién quiera profundizar, en cada una de las cuidadas ediciones de los cursos que se resumen en el libro.

MICHEL FOUCAULT : EL PODER PASTORAL

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Escrito por Luis Roca Jusmet

 El poder pastoral es uno de los conceptos fundamentales elaborados por Michel Foucault. Es fundamental dentro de esta caja de instrumentos que quiso que fuera su obra.
 El concepto aparece elaborado en el curso 1977-8, “Seguridad, territorio, población.”   Lo hace en las clases del  8, 15,22 de febrero y las del 1 y 8 de marzo. Parte de la base de que para los griegos el hombre es gobernable solo indirectamente. La idea de que los hombres pueden ser gobernados directamente viene, por el contrario, de Oriente. La idea viene a través de la organización de un poder de tipo pastoral y también de la de la dirección de las almas. La primera significa que el rey, el dios o el jefe es un pastor para los hombres, que se conciben como un rebaño. Es una idea que está en Egipto, Asiria, Mesopotamia y, sobre todo, en los hebreos. Básicamente estaría en este último, en el que Dios dirige al pueblo elegido a través de los profetas. Estos recibieron de Dios el rebaño y deben devolvérselo. Es un poder que no se ejerce sobre un territorio sino sobre un pueblo que se desplaza. Debe ser benévolo porque su función es cuidar de su rebaño y su objetivo la salvación. El pastor está al servicio del rebaño, debe velar por él y por tanto vigilarlo. Es para todos (omnes) pero también para cada uno (singulatim). Grecia y Roma eran totalmente ajenas a un poder de este tipo. La idea del poder pastoral se introduce a través del cristianismo, de la Iglesia cristiana. Fue la Iglesia la que materializó este poder pastoral en instituciones y montó su dispositivo. A partir de aquí el hombre occidental se consideró una oveja entre las ovejas, algo inaudito y extraño para cualquier sociedad.
 De todas maneras Foucault matiza más tarde el tema del poder pastoral y los griegos, planteando que, en algún modo, esta idea sí está presente en ellos. Lo está en la Iliada y en la Odisea. También encontramos el modelo de pastor en los pitagóricos. En los textos políticos clásicos encontramos que los dioses, en tiempos difíciles, son como pastores. También aparece el magistrado-pastor en Las leyes de Platón. Pero para Platón la política es el arte del tejedor, diferente de la del pastor que cuida al rebaño. Se trata de reunir las existencias en una comunidad política de manera justa. El trabajo del pastor es secundario . el médico, el pedagogo, el gimnasta. El gobernante prescribe. El verdadero poder pastoral debemos buscarlo en el cristianismo. Es el proceso único en el que una religió, la cristiana, se convierte en Iglesia, es decir, en un conjunto de instituciones para dirigir la vida cotidiana de los hombres, para gobernarla.  La reforma y la contrareforma fueron los dos desenlaces sobre cómo debía ejercerse este poder pastoral. El primer pastor es, desde luego, Jesucristo. Se plantea como un poder diferente del poder político. El poder pastoral, hasta el siglo XVIII estará desmarcado claramente del poder político. El soberano es el César y el pastor es Cristo.

MICHEL FOUCAULT : LA PARRESÎA

 Resultat d'imatges de michel foucault


Escrito por Luis Roca Jusmet

Parresîa es un término griego que puede traducirse como hablar con sinceridad, como el decir verídico. Implica algo externo,que es la libertad de palabra, pero sobre todo algo interno, la veracidad de la actitud. La verdad del discurso debe ser necesariamente la verdad de la vida, implica una determinada relación con los otros y con un mismo.Define la subjetividad moral, que debe estar arraigada en estas prácticas. Vamos a ver ahora cual es la trayectoria que señala Foucault en su análisis histórico y crítico del término.
 La primera concepción es la directamente política, en el escenario del  ágora o de la corte del rey, que sería la parresîa política.
 Foucault la situará en el marco de la democracia ateniense y la relacionará con la isegoría, la libertad de palabra, y la isonomía, que es la igualdad delante de la ley. Todos tienen derecho a hablar, pero la democracia exige la parresîa el hablar claro y veraz en la asamblea y frente al poderoso.
 La parresîa ética se empieza a utilizar, más tarde, como práctica específica de determinadas relaciones humanas, y aparece con el helenismo. Para los epicúreos, la amistad es muy valorada, pero hay también una relación entre el maestro y el discípulo y uno de sus aspectos es el arte de guiar espiritualmente a (en paralelo al arte de la medicina o al arte de la navegación).
Tanto la amistad como la maestría implican la parresìa el ser sincero con el otro, el decirle la verdad. En los estoicos se recalca más esta relación maestro-discípulo que no la amistad, a la que no dan tanta importancia como lo hacen los epicúreos. En el caso del estoicismo, la parresîa es sobre todo una forma de luchar contra nuestro principal enemigo interno, que es el amor propio o vanidad; es necesario luchar contra el autoengaño propio y del otro. Lo que presenta en definitiva para ellos la parresîa  es un juego de verdad en el que uno tiene que ser suficientemente valiente para saber la verdad sobre sí mismo y sobre el mundo; es el coraje de decirse a los otros y de decirse a uno mismo la verdad.
 Para los cínicos, finalmente, lo más importante es la necesidad de decir la verdad a todo el mundo a través de una interpelación crítica: es también la manera de poner en evidencia, ante una multitud, la arbitrariedad de las convenciones; lo hacen a través de la conducta escandalosa o de un diálogo provocativo que ataca la vanidad del interlocutor; es un tipo de ataque para liberar al interlocutor de su miedo, puesto que, como dice Diógenes, si alguien trae armas es que está asustado: el que no tiene miedo no necesita defenderse. Aparece con los cínicos una tercera forma de parresîa, que es la filosófica. No es la política, que es una intervención directa frente a los ciudadanos o frente a un poder y que implica un riesgo. Pero tampoco es la ética, que se da en el marco de la relación maestro-discípulo o entre amigos y que no supone ningún riesgo. Es una intervención pública pero no en un escenario directamente político. Es la de los cínicos, que quiere decir problematizar las costumbres, las creencias y plantear otro tipo de vida. Es un contrapoder que implica un riesgo, como el político. En realidad la parresîa filosófica tiene una doble dimensión, que es ética y política. Y esto nos hace volver a los orígenes de la filosofía, a Sócrates. Es el paradigma de la parresîa filosófica. Sócrates dice que no interviene directamente en la política
para no jugarse la vida. Extraña paradoja porque le acabaron matando. Sócrates sabía que se jugaba la vida pero prefería hacerlo diciendo la verdad por las calles de Atenas, hablando con los ciudadanos y no en las asambleas. Porque sabía que en las asambleas no domina la parresia sino la retórica. Habla no el que dice la verdad, sino el que habla mejor, el que manipula más, el que seduce  La parresîa filosófica, como la política, entraña un riesgo,el riesgo de enfrentarse al poder. Es lo contrario de la retórica, donde se habla para seducir, para encantar, para adular y ser adulado.

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